Euforia de Género y la riqueza de la Comunidad

Fecha:

enero 19, 2024

Por

Daniela Muñoz

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Soy mujer trans, yo no pedí ser así, no pedí esta suerte, pero la abrazo, me abrazo y amo mi suerte desde que me supe “igual a todes, pero no lo mismo, diversa, pero no diferente”, porque en esencia todes tenemos la misma firma ontológica de la vida, todes somos humanes por igual, y el genoma, descubierto primero por Rosalind Franklin, una mujer brillante (no por Watson y Crick, quienes no dieron crédito a Rosalind por su trabajo que fue indispensable para poder conocer nuestra verdadera esencia como seres vivientes), nos da esa igualdad que nos distingue, y a la vez nos da esa hermosa diversidad que nos une como especie, la gran comunidad humana.

Días como el de ayer, sábado 21 de Noviembre, me atraviesan por completo, porque entendí lo que dicen los aimaras, y que Pepe Mujica hace eco repitiendo incansablemente: ”pobres son los que no tienen comunidad” porque la verdadera riqueza está en el hondo compañerismo que se crea entre iguales de una comunidad, y “pobres son los que precisan mucho, porque no les alcanza nada” dice Séneca. Esto lo entendí cuando una hermana trans, que apenas tenía donde dormir, quería donar sus medicamentos a la comunidad, porque había quienes lo necesitaban. Entonces comprendí que “tener de más es poder dar y no hacerlo” y que por eso la riqueza está en la comunidad, porque así no les puede faltar, y no me refiero a lo material, me refiero al compañerismo, les amigues, a la unión. Dice Mujica “Hacer de la vida una causa y que la causa sea servir a la comunidad, por eso no hay nada más valioso en la lucha por la vida que la existencia de los otros, de la comunidad”.

Nadie pide la suerte que le ha tocado vivir; algunes nacen con privilegios y ventajas, pero algunes creen que eso está mal y que es injusto, pero no tiene nada de malo nacer con mucho, lo que está mal es privatizar los privilegios y monopolizar las ventajas; allí no hay comunidad, allí solo hay mezquindad, plutocracia y desigualdad.

Por eso la comunidad diversa, y en particular la trans, tenemos tanta riqueza por nuestro compañerismo, porque no nos dejamos caer, porque tenemos una “Fuerza para soportar”, tenemos una Euforia de género. Este es el término que verdaderamente hace justicia a nuestras existencias. En griego “dis” (difícil) “fore” (llevar), que significa un difícil llevar de nuestro género, pero no tenemos disforia de género, tenemos Euforia de género que en griego significa “eu” (bien), “fore” (llevar), un bien llevar o una fuerza para soportar. Porque sin importar los ataques sociales que hemos tenido en la historia ¡aquí seguimos! y seguiremos, porque tenemos una comunidad rica, de hondo compañerismo con fuerza para soportar, con Euforia de Género. La disforia de género sí es una patología… pero es social, porque es la sociedad que tiene un difícil llevar para con nuestro género; nosotres tenemos comunidad, tenemos esa virtud de Euforia, de compañerismo, de unión.

Esto tenemos que practicarlo también fuera de la diversidad, porque sólo así se puede alcanzar el sueño de un mundo mejor. Dejemos de discutir, porque “si nos ponemos a discutir sobre las cosas que vemos diferente vamos a pasar una vida discutiendo, si trabajamos en lo que estamos de acuerdo, vamos a pasar una vida trabajando” (Mujica) y construyendo ese mundo que soñamos.

Hay causas fenomenales y esas son el verdadero motor de la evolución humana. La esperanza de un mejor mundo forma causas fenomenales, que se convierten en el verdadero motor de la evolución humana, y la mejor causa es honrar a la vida, y es “tratar que la vida de los que vienen, de los que convocamos, pueda ser más feliz que la nuestra; es el amor a la humanidad lo que nos debe empujar” (Mujica).

En este camino que es la vida, no nos debemos callar, no nos debemos parar, debemos seguir batallando para darle una buena causa, “hacer de la vida una siembra para el resto de la sociedad, porque la vida es hermosa cuando se gasta para promover el progreso de la sociedad”.

Como humanidad, como comunidad, como la misma especie que somos, “debemos estar juntes o estaremos vencides y es una torpeza que no lo entendamos”.