ÉL
ELLA
MI NOMBRE
ME CONSTRUYO

por Daniel Nizcub
29 de mayo, 2024

Él

No hay más canto,
es momento de cruzar el puente
cuidando de no tirar al agua las hojas escritas y los cantos de ayer.
Se precisa sentir el viento alborotando el cabello,
mostrar los pies desnudos y sentir las piedras del camino.
¡Qué importa la sangre derramada de tu propio cuerpo!
al final reconocerás tus ojos en todos los lugares del mundo.

A veces viene
y juguetea por mi cuerpo
en recovecos insospechados que desconozco.
Me los muestra al desnudo
y me obliga a verlos de frente,
con mirada altiva,
con orgullo de reconocerles.

A veces el hombre se asoma en el espejo,
da la vuelta por la esquina de mis hombros,
baja y remarca mi cadera,
quiere arrancarme el pecho.

A veces viene
y lo olvido intencionalmente en el cajón cada mañana,
aunque duerma con él bajo las mismas sábanas.

Hago oídos sordos a sus súplicas,
olvido pronunciarlo,
me niego a llamarlo cerca.

No camino con él de la mano,
pero lo siento siempre,
me acecha la mente, el deseo, el cuerpo,
nunca se detiene.

Tiene nombre,
lo sé de memoria porque lo ha cantado
y me dibuja una sonrisa cuando lo hace tan cerca.

A veces lo abrazo y le hablo quedito.
Lo detengo en este sitio al que pertenece.
No quiero que se vaya.

A mi voz

Mis pies son mis alas en este sueño
mi cuerpo entero en movimiento
se abalanza sobre la vida
y vuela con el viento proveniente del sur,
soy mi bandera.

Mi voz me ha acompañado a cada paso,
desde que decidí guardarla
para mantener silencios cómplices de mi propio ser.

Cuando la puse delante de un micrófono
mi voz me llevó de la mano y crucé montañas,
aprendí a quererla y los otros me dieron un lugar.

Mi voz ha sido estandarte de muchas historias.
Ha sido niña, madre, abuela, pantera, chango, árbol…
ha sido yo.

Mi voz se irá y la dejaré partir.
Mañana, cuando sea necesario recordarla,
habrá que buscarla en el vibrar de mis nuevas cuerdas
vocales.
Mi voz será el diapasón que guíe
aquella otra forma de sentir el mundo.


A mi voz

Mis pies son mis alas en este sueño
mi cuerpo entero en movimiento
se abalanza sobre la vida
y vuela con el viento proveniente del sur,
soy mi bandera.

Mi voz me ha acompañado a cada paso,
desde que decidí guardarla
para mantener silencios cómplices de mi propio ser.

Cuando la puse delante de un micrófono
mi voz me llevó de la mano y crucé montañas,
aprendí a quererla y los otros me dieron un lugar.

Mi voz ha sido estandarte de muchas historias.
Ha sido niña, madre, abuela, pantera, chango, árbol…
ha sido yo.

Mi voz se irá y la dejaré partir.
Mañana, cuando sea necesario recordarla,
habrá que buscarla en el vibrar de mis nuevas cuerdas
vocales.
Mi voz será el diapasón que guíe
aquella otra forma de sentir el mundo.


Ella

Contemplo el inicio de mi descanso eterno,
sonrío ante la idea de cubrir mi cuerpo de veneno,
allá no existen sombras que persigan
la serenidad de la nueva luz,
seré libre.

Ella se mira al espejo,
se ve de espaldas,
su silueta de caderas anchas se adorna con el cabello negro
que cae.
Camina y se aleja al unísono de sus pasos.

Deja huellas delicadas que nunca existieron,
siempre han sido pasos salvajes sobre la tierra.

Ya no ve su rostro,
ella se mira al espejo y se ve de espaldas.
Cada vez más pequeña
desaparece.


Me construyo

Me construyo,
lentamente me construyo
e inacabado camino
hacia mi perfección.

Me recorto los juicios de otros,
me dejo crecer al sol.
Renazco cada vez que miro mis ojos
iluminados por mi propia luz.

Me reconozco desnudo al viento,
dejo caer mis pasos lentamente sobre la tierra
y soy un relámpago azulado
que surca nuevos cielos,
otras fronteras desconocidas.

Soy un gigante,
me estremecen la olas del mar
y la vida que he abrazado con los cientos de raíces
que brotan de mi corazón.

Mi voz es eterna,
ha existido por siempre en la tierra,
así como todas las voces del mundo,
pero hasta ahora me doy cuenta.

Me tomo de la mano,
me expongo a la luz de la luna
y vuelo lejos con ella.

Cierro los ojos y no dejo de existir,
me miro por dentro,
me beso con palabras cada parte del cuerpo.

Puedo verme.

 

La vida es juntrans

Una campaña de El Día Después